VISITA A ISLA MÁGICA
Aquel
día me levanté y estaba tan nervioso que me peiné con pasta de dientes y
me lavé los dientes con gomina. Al parecer se me pegaron, tuve que
hacer gárgaras con amoniaco ultrafuerte y no pude comer. Ya se imaginan
lo que pasa.
Llegué
al parque de atracciones y me monté en una nave que me llevó a Marte.
Allí hice amigos alienígenas. Uno de ellos me mostró unos aperitivos y
me dijo:
- ¡ Cógete algo, qué tal unas babositas rebozadas o mejor cucarachas al pil pil !
- Mmmm, no gracias, no tengo apetito- le respondí.
Era
la hora de comer y me bajé de Marte. Ya en la Tierra, comí gusanos con
sus agujeros. De postre se podía elegir y tomé un puré de polillas y
tábarros extraordinario.
Para acabar me monté en la máquina del tiempo y mi madre solo me decía:
- ¡ Qué recuerdos ! ¡ Fue cuando tu padre hizo la mili !
Luego me volví con los alienígenas, al menos no eran tan aburridos.
David 5º B